Dermatitis de manos, pies, zonas expuestas como la cara y flexuras son con frecuencia motivos de sufrimiento prolongado en muchas personas, y en la mayoría de los casos su estudio correcto mediante unos análisis y unas pruebas epicutáneas permiten llegar a un diagnóstico correcto y a establecer un tratamiento eficaz.
Las dermatitis de contacto son muy frecuentes, afectan hasta a un 10% de la población, y su diagnóstico se basa en las pruebas del parche. Mediante estas pruebas se puede detectar el origen de casos difíciles de dermatitis o eccemas.
Muchos productos cotidianos y sustancias químicas presentes en el ámbito doméstico o laboral son causas frecuentes de dermatitis de contacto, y a menudo no son fácilmente diagnosticados, bien por falta de medios o de perseverancia en la búsqueda del diagnóstico por parte del médico.
La dermatitis de contacto es una reacción cutánea inflamatoria, generalmente muy pruriginosa inducida por la exposición repetida a un agente externo, de naturaleza irritativa (sustancia química que debido a sus propiedades causa un daño tisular directo) o alérgica (daño tisular mediado por una reacción de hipersensibilidad retardada y específica en un individuo previamente sensibilizado)
La expresión clínica más frecuente en ambos casos es la aparición de una dermatitis o eccema, patrón inflamatorio polimorfo que en fase aguda se caracteriza por eritema, vesículas o ampollas y en la fase crónica por sequedad, liquenificación y fisuras.
Se han descrito más de 4000 alergenos capaces de producir dermatitis de contacto alérgica en humanos, de los cuales los más frecuentes son metales como el níquel o el cromo, conservantes de cosméticos y productos industriales como las isotiazolinonas o los liberadores de formol, perfumes o fragancias, tintes como la parafenilendiamina, aditivos de las gomas, medicamentos tópicos y algunos componentes y derivados de las plantas.
Aunque no se trata de una enfermedad en la que peligre la vida del paciente, puede ser sumamente incapacitante, y debido al retraso en su diagnóstico, su duración muy prolongada y su curación muy lenta.
Las pruebas epicutáneas continúan siendo el "patrón de oro" para el correcto diagnóstico de la dermatitis de contacto, y su realización es competencia del Dermatólogo experto.
Las pruebas epicutáneas son inocuas, se realizan en la espalda a lo largo de una semana natural, con varias visitas a la consulta, y se adaptan a la sospecha clínica en cada paciente en concreto, dependiendo de la zona corporal afectada y los productos que habitualmente toca el paciente. Un estudio promedio se realiza testando unos 100 alergenos epicutáneos.
El estudio requiere como mínimo 3 visitas a la consulta, que suelen programarse en Lunes - Miércoles - Viernes de una semana natural.