La urticaria es una enfermedad de la piel caracterizada por lesiones eritematoedematosas llamadas habones o ronchas, cuya característica fundamental es que son fugaces, es decir, que aparecen y migran o desaparecen en pocas horas. A menudo asocia –en zonas de piel laxa como párpados, labios- edemas más persistentes llamados angioedemas.
La urticaria puede tener muchas causas, sobre todo en las casos de larga evolución (meses), pero contrariamente a lo que mucha gente piensa, raras veces su causa es una “alergia”. A menudo constituye una enfermedad inflamatoria crónica, que puede ser bien controlada con un tratamiento adecuado. Además, ha habido en los últimos años gran avance en su manejo, fruto de las nuevas guías de consenso elaboradas con la participación de expertos dermatólogos y alergólogos de la alianza EAACI/GA2LEN/EDF/WAO. Esto es trascendente, porque la urticaria crónica es –con diferencia- la enfermedad cutánea que más afecta a la calidad de vida de los pacientes.